La vida moderna tiene sus propias formas de agotar nuestras energías; como cuando el cuerpo está sometido a tensión, reacciona con una restricción respiratoria, recibimos menos oxígeno. Una respiración adecuada hace desaparecer las tensiones del cuerpo, al mismo tiempo despeja y concentra la mente, incrementando nuestro bienestar físico y mental.
La respiración consciente también puede ayudarnos a manejar nuestras emociones; cuando sentimos miedo, rabia o tristeza, contenemos el aliento y lo que conseguimos es que esos sentimientos nos acosen durante horas. La alternativa es trabajar con la respiración, que está completamente dentro de nuestro control consciente.
El trabajo con la respiración se debe convertir en un arte curativo. Si apredemos a respirar un poco mejor, notaremos inmeditamente profundos cambios en nuestro bienestar físico, mental y emocional. Mejorando la calidad de vida.
La naturaleza ha diseñado nuestra respiración de tal manera que el abdómen se expanda con cada inspiración. A medida que se produce esta expansión, los órganos vitales van disponiendo de más espacio para moverse y la circulación del aire tiene lugar con más libertad. Luego en la espiración, se contraen los músculos del abdómen.
Al inspirar, calmo el cuerpo y la mente.
Al espirar, sonrío.
Al vivir en el momento presente, sé que este es el único momento.
